Una mañana de Abril

Y aún la recuerdo.Y sus labios se hacen escalinatas al paraíso.
No..no es el paraíso. Es aún la tierra coronada de purgatorio de almas enamoradas. Dante nunca supo de esto, ni mucho menos vos, y yo.que nos aventuramos a amarnos a ambos.
Sos, nena, tan bella como el aroma a asfalto mojado por la lluvia, o como el sonido de la misma al alborotarse en caída libre desde el cielo, donde lloran los santos.
Sos, aún más tibia que el café compañero de mañanas tabacaleras, o del aroma a goma nueva.
Sos, mirá que esto sí que es un halago, más efímeramente eterna en la utopía que genera la lectura de un buen libro. Es más lindo sí, sostenerte a vos entre mis manos, que un libro. Lo he comprobado.
Al libro no lo puedo besar nena, no le puedo hacer el amor. No puedo susurrarle al oído luego de nuestras voces que ha aspavientos, delatan nuestras risas, mojadas por la brizna.
Somos la pareja perfecta, para envidia de otros... porque pasamos más tiempo haciendo poesía, que jugueteando en la cama. Pasamos más tiempo provocandonos a la distancia, que desgastando nuestros labios terrosos, de tanto tragar arena.
Pero no te preocupes, nena...ya llegará el día en que seamos verdaderas amantes, y tendremos esbozos de monotonía...pero a pesar de nuestra imperfección...seguiremos siendo perfectas...porque siempre seremos...
vos y yo. Y sólo Dios, confidente y amigo, sabe de nuestro andar.

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